RECORDANDO VIEJOS TIEMPOS (LILY EVANS)

Había caído la noche, después de un largo día de clases insignificantes para Severus, por fin había llegado aquel momento que anhelo durante todo el día. A la hora del almuerzo había quedado con Lily en verse al anochecer, como en los viejos tiempos; Severus ansiaba ver su reflejo descuidado en los brillantes ojos verdes de su amada. Después de tanto insistir, Lily accedió  a salir dela sala común de Gryffindor y encontrarse con él en la lechuceria.  

Severus aún se encontraba con los ojos entre abiertos en su cama, aún faltaban 20 minutos para aquel anhelado encuentro. Mientras tanto cavilaba en aquel hombre que hacía que los conflictos entre la pelirroja y él incrementaran, Potter….Lily mencionaba constantemente que James no intervenía en su decisión de tomar distancia, que la verdadera razón eran las constantes torturas que él y los seguidores del señor tenebroso les hacían a los no simpatizantes de su movimiento. El llamar sangre sucia a los impuros de sangre, y demás actitudes que el chico tenía con los alumnos de Hogwarts. Sin embargo, Severus solía pensar que si no estuviera el Gryffindor, las cosas serían como cuando tenían 11 años y pasaban horas hablando, de cualquier tema, recordó aquel momento en el parque de privet drive, donde le contaba numerosas anécdotas de azcaban, de King cross, de los dementores, abriendo el mundo mágico a la pequeña Lily; dibujo una leve sonrisa en su lúgubre rostro al recordar aquel momento.

–Debo demostrarle que Potter y su manada no son lo que ella piensa, salen por la noche y rompen las reglas, si tan solo ella dejara de pensar en mi acercamiento con el señor tenebroso…- esta idea daba vueltas de un tiempo para acá en la cabeza Snape, sus pensamientos se ocupaban en como desenmascarar a los merodeadores, engañosamente creía que si le demostraba a Lily que Potter no valía la pena, podría ganársela de nuevo.  No podía simplemente decirle lo que había descubierto de James, Sirius, Remus, y Pettegrew, sabía que ella no le creería y además pondría en tela de juicio su forma de acatar las reglas, pues, para descubrir que hacían él había rompido unas cuantas. Severus miro el reloj que tenía al costado de su cama, al marcar las 11:55 se puso silenciosamente de pie y camino hacia la Lechuceria. Al llegar, vio en el fondo que una hermosa chica con cabello pelirrojo brillante tomaba una lechuza en su brazo, sonrió automáticamente y se acercó con cautela, pronunciando en un susurro- Legue a creer que no vendrías Lily….

El lugar estaba oscuro y desordenado, las lechuzas hacían suaves sonidos dando a notar que se encontraban ahí. Severus pocas veces iba a la lechucería, ya que, en los 6 años de Hogwarts, nunca había recibido alguna carta, tampoco le importaba, pues prefería estar alejado de su extraña vida junto a sus padres y junto a gente como Petunia, pues al igual que la niña altanera, la gente lo miraba de pies a cabeza murmurando lo mal que se veía su aspecto por su ropa sucia y vieja. Suspiro y miro profundamente a la chica. Al mirarse en los ojos de Lily, Severus había olvidado todo lo que tenía para decirle, deseaba tanto quedarse así, tan solo mirándose y perderse en el verde de aquellos ojos.  Cuando ella pronuncio aquellas palabras, lo hizo salir de su ensimismamiento y pronunció:

- Confiaba en que vendrías, pero admito que tenía mis dudas, me haz recriminado muchas cosas, pensé que no me dirigirías la palabra- de nueva cuenta su rostro mostró muecas de desagrado al pensar en Potter y sus compinches- Antes de que digas algo Lily- interrumpió Severus, pues lo que menos deseaba era que ella saliera molesta de ahí- No quiero discutir contigo, es un día malo sabiendo que estas molesta conmigo- Solamente aquella chica podía darse el lujo de ver al muchacho hablando con cautela para evitar algún altercado, solía ser déspota en sus comentarios, sin importar si hería los sentimientos de los demás, pues aquellos, los sangre sucia eran de poco valor para Snape. Imagino en aquella escena a Malfoy o a Lestrange, criticando esta debilidad que mostraba ante Evans. Recupero la compostura y espero a que Lily dijera algo. Le daba nostalgia pensar que en algún momento podían hablar con tanta soltura y ahora mismo no podía ni mirarla a los ojos sin temor a que saliera disparada del lugar sin volver a dirigirle la palabra…

Al ver sonreír a Lily como antes Severus se sintió más relajado, sintió como todo su cuerpo se volvía ligero y su pecho respiraba con suma tranquilidad, pues aquella expresión de la chica no la veía desde hace algún tiempo; sus ojos negros y profundos se quedaron ahí, en aquel sutil pero agradable gesto que le regalaba.

Cuando Lily pasó sus  manos en su despeinado cabello, Severus sintió como el calor subía a sus mejillas y se pintaba de un color rojo su gélido y sombrío semblante, al mismo tiempo que sus latidos se aceleraron, intento decir algo, pero sentía como las palabras no salían de su boca. Después de oír las delicadas palabras de Lily, suspiro profundamente y una vez que ella tomo distancia, pudo recuperarse de aquellos sentimientos que lo invadieron con su cercanía.

Caminò detrás de ella y antes de responder a su pregunta se tomo unos segundos para pensar algo agradable que decir, pues de primer momento solo pensaba en contestar que las cosas podrían seguir, pero el estúpido Potter intervenía en su relación. Miro al cielo, aquella noche las estrellas brillaban en lo alto y a lo lejos se veía la profunda oscuridad del bosque prohibido, cayó en cuenta que la pelirroja tenia razón, últimamente solo se dedicaba a escribir rayones en su libro de pociones y en molestar a los impuros con tal de quedar bien con sus compinches de Slytherin, ni siquera era de su interés pertenecer a su grupo, solo lo hacía por ser fiel a los ideales del señor tenebroso, solo por él valía la pena soportar a los pesados de Malfoy y Lestrange. Dejo de pensar en ello-que me pasa- dijo para sì, pensando que aquel no era el momento de pensar en aquellas cosas, sino de disfrutar aquel pequeño momento-

-Recuerdo cada momento Lily,- soltó una pequeña carcajada- Petunia debe recordar también todas aquellas tardes, procuraba estar en todos los momentos, a escondidas pero estaba. Lástima que no fue especial como nosotros...Lily....-murmuro su nombre para que ella quitara su vista de las estrellas y penetrara sus ojos en él- Prométeme que no me volverás a alejar, se que mis ideales no son los tuyos, pero no me veo en Hogwarts si no es contigo- Al terminar aquella frase Severus agacho la mirada, a pesar de los años, sentía vergüenza en reconocer sus sentimientos. Aun mantenía aquella constante lucha interna entre Voldemort y aquella joven y quería que Lily lo pudiera entender, quizá el odio y rencor que guardaba era a su anterior vida le daban aquella sed de poder, pero si algo positivo tenia en su vida era aquella chica.

Al escuchar aquellas palabras Severus suspiro profundamente y traro de evadir ese tema que se había puesto sobre la mesa: los sentimientos no correspondidos que sentía por la pelirroja. El pelinegro desde hace unos años reconocía que las emociones que despertaba la cercanía de su amiga no era simple cariño, sino algo más fuerte, pues a pesar de la manera de pensar de ella, el seguía a su lado, contraponiéndose a su ideología.

Lily había sido la primera persona que mostraba cariño y compasión por Snape. Durante toda su infancia aquel muchacho había tenido constantes rechazos por su madre y su padre, quien odiaba la magia, tal maltrato había fomentado el desprecio de Severus por los muggles y lo había acercado a quien le prometía el exterminio total de éstos en el mundo mágico. Sin embargo, no podía olvidar el hecho de que su mejor amiga tuviera sangre muggle, aunque fuera muy hábil con su la magia. El semblante del pelinegro se frunció al oír salir de los labios de Lily el nombre de Potter, aquel arrogante muchacho que con presunción se paseaba en el colegio, sin embargo le alegraba que la chica no tuviera una buena imagen de él a pesar de los contantes coqueteos que Cornamenta tenía con ella.

Ergio su postura y con naturalidad cambio el tema- Y dime Lily, después del colegio cuáles son tus aspiraciones, eres buena en pociones, quiero pensar que seguirás tu camino en ello–Inquirió con poco interés y pausadamente mientras daba la espalda al balcón donde se encontraban. En la penumbra Snape se veía con mayor palidez, su cabello azabache y la oscuridad de sus ojos le daban aquel toque de albor a su piel. Antes de oír la respuesta de la leona, respondió para si aquella pregunta. Recordó como al lado de Malfoy planeaban dominar el mundo mágico con Riddle, el señor tenebroso. Los rumores se habían expandido a lo largo y ancho de Inglaterra, un mago poderoso y ambicioso necesitaría de fieles seguidores y él tenía que ser uno de ellos. Por fin su vida tendría un propósito y le daba satisfacción poder ser parte de aquello grande que estaba por venir.