Re: Misión (Rodolphus)

por **Bellatrix Black** Mar Mayo 08, 2018 2:08 am

Ahí está de nuevo, el Rodolphus de siempre, tan arrogante y engreído, no pude evitar que en mi rostro se dibujara cierto enojo por sus palabras. Definitivamente la insolencia de ambos no permitiría que llegáramos al altar, no si seguíamos por el mismo camino, derechito a matarnos el uno al otro. Giré mis ojos, tratando de contener un par de maldiciones que tenía para decirle, sin embargo, él continuo hablando. Reí a lo alto cuando hizo mención de temer su perdida, sabía que mis palabras lograrían ensanchar ese gran ego con el que ya contaba, no obstante no admitiría tal afirmación, prefería que mis palabras y mis acciones se quedaran ahí, junto a la copa y era mejor que Lestrange no siguiera regocijándose con ello. No tuve oportunidad de mencionar palabra alguna, me desconcentre ante sus caricias que me estremecieron por completo, el deseo de tenerlo cerca empezó a hacerse más presente, trate de contenerme- Olvidado, entonces- inquirí con tranquilidad, al menos, esa faceta ya estaba en el pasado. Lo mire con lujuria, despertaba en mi mis más bajos instintos, deseaba su cercanía, sus besos….

Sus amenazas no provocaron rabia dentro de mí, pues, intrínsecamente me daba el beneficio de saber que parte de él estaba cediendo de alguna u otra forma, ¿el gran Rodolphus Lestrange dando segundas oportunidades?, vamos, no era típico de él, no encajaba con su personalidad narcisista, disfrute ese pequeño triunfo. Mi cuerpo lo manejo hasta sentir la pared golpear mi espalda, sus besos, sus apasionados besos elevaron la temperatura del ya caluroso lugar, me deje llevar, rodeando con mis manos su torso, mismas que se escabulleron por debajo de su capa. Nuestros cuerpos se pegaron por completo, no podía dejar de besarle, no quería dejar de hacerlo; empero bruscamente se alejó, lo miré mientras pasaba mis dedos por mis labios, tenía razón, esas malditas bestias suelen estar muy atentas a los movimientos que ocurrían ahí, al menos eso me daba la tranquilidad de dejar el objeto de mi amo bajo su resguardo.

Lleve mi mano a mi mentón – ¿tu mansión?, espero no toparme con tu madre, es una bruja muy hostigante y probablemente querrá que le digamos la fecha de la boda, y tu padre seguramente se ofenderá por no haberlo invitado a la cena familiar con los Malfoy – pensaba en voz alta, mis pequeños arranques habían hecho que no considerara apropiado invitarles y no dudaba que Malfoy se hubiera encargado de mencionar lo cuan placentera había sido la velada. En fin, esperaba que fuese un encuentro de Rodolphus y mío únicamente. Me acerqué a él, como muestra de seguir en pie con nuestro compromiso murmuré- Considero más apropiado guardar esto en nuestra cámara querido, pronto no necesitaré entrar más aquí.- Le dedique un último beso y me dirigí a la salida–Accio copa- la tome entre mis manos, esperando a la fea bestia aparecer para que nos dirigiera a la bóveda Lestrange. Probablemente el deseo de mi amo era aquel, por ello había dado indicaciones precisas de que tenía que acompañarme.

Llegamos sin mayor problema a su cámara, que para suerte estaba muy cerca de la de la familia Black. Ingresamos y sin titubeos conjure los hechizos Geminio y Flagante, nadie podría robar tal objeto, así que me aseguré de protegerla bien y salimos de los túneles hacía la mansión Lestrange.

por **Rodolphus Lestrange** Mar Mayo 08, 2018 3:34 am

¿Cena con los Malfoy? ¿No nos habían invitado? Mi mente se detuvo por unos segundos ante aquellas palabras. Como era posible que su familia organizara una cena familiar y mis padres y yo no estuviéramos contemplados, esto era una ofensa, un insulto a los Lestrange. Deje pasar aquello como si no tuviera relevancia alguna, pero Malfoy me iba a rendir una confesión absoluta sobre todo lo que ocurrió - Fijaremos fecha antes de ir a mi Mansión - le sonreí como una vuelta de mano por la cena “familiar”- En cuanto a la bóveda, me parece apropiado que este en la cámara de mi familia, después de todo, muy pronto serás una Lestrange -me apresuré a seguir su paso sin dar mayor interés a su beso.

Fuera de la bóveda de los Black me sentí más a gusto, no por la conversación, sino por la revisión esporádica que haría a mi propia fortuna. La distancia entre una cámara y otra era la suficiente, y en razón de ello, no fue necesario recurrir al carruaje, pero si a ese asqueroso duende. Al llegar el duende me miró indicando que debía hacer mi parte del trabajo, es decir, abrir la puerta con mi mano. Entorné los ojos con desgano, bastaba con Black y mi persona, él solo ocupaba espacio. Deje caer mi mano sobre el metal al tiempo que decía - No quiero ser molestado - cuando la puerta abrió, entre sin esperar a Black, ella ya lo haría por su cuenta.

A diferencia de la fortuna de los Black, los tesoros de mi familia eran más excéntricos. Obviamente teníamos montañas de galeones, piedras preciosas, estatuas de plata, objetos de gran valor, aunque eso no se comparaba con los artefactos oscuros y pociones. Tras sentir los pasos de Black tuve la intención de ostentar ¿Valdría la pena? No, eso era para Malfoy frente a Narcissa - Aplica lo mismo aquí - deje que ella se encargara de todo por ahora, luego ya tendríamos tiempo de verificar el hechizo - La fecha será para un mes más. Si aceptas vamos a mi mansión, de caso contrario… -giré para observar su rostro en forma de seriedad- iremos por ese whisky y olvidaremos ese martirio -le dediqué una sonrisa de triunfo.

Sabía que con esto dejaba a Black entre la espada y la pared, se lo merecía, por lo del hotel y por jugar con mi honor en aquella cena familiar - Vamos, espero tu respuesta hasta la entrada del banco - dispuse mis pasos a la salida de mi bóveda pero no sin antes tomar una gargantilla de diamantes y unos cuantos galeones, las mujeres fáciles siempre adoraban estos regalos extras. Ya fuera espere que mi prometida estuviera a mi lado para dar marcha a mi mansión o bien, a por una copa de whisky. El regreso fue mucho más esperado que la venida por esa copa, quizás era por el sentir de un triunfo frente a Bellatrix o bien, por el solo hecho de que no tenía una salida a su favor. Cuando finalmente el duende detuvo el carruaje, baje jugando con los galeones en mis manos, tal y como si fuera una cascada y de esa forma dirigí mis pasos por el mármol - Bueno querida, necesito saber tu respuesta - dije casi a pasos de las puertas de Gringotts - Un mes o esa deliciosa copa de whisky y un paso por un hotel barato, solo tengo 10 galeones, no valdrías más que eso si rechazas nuestra unión - sonreí vencedor.

por **Bellatrix Black** Mar Mayo 08, 2018 9:04 pm

Rodolphus se mostró a disgusto, probablemente no debí haber mencionado la cena a la cual no fue invitado, sin embargo, era otro patético evento de sociedad en el cual los caballeros hablarían de negocios y de cómo hacer crecer sus poderosas fortunas; por otro lado, las mujeres, las distinguidas esposas, solían hablar de temas tan triviales, como la boda de Cissy, sus concurridos viajes y claro “herederos”. Bufé, le había hecho un favor al no contemplarlo, solo era una pérdida de tiempo. Mientras terminaba de conjurar los hechizos pertinentes para la protección de la copa, Lestrange hablo, ¿un mes para la boda?, era broma, tenía que ser una broma. Era claro que el compromiso era un hecho, pero la manera en que ordenaba que se tuviera que llevar a cabo me saco de mis casillas, no había cuestionado o dado pie a que entrará en discusión el tema, era una orden. Lo miré perpleja, esperando que dijera que se trataba de una broma, alguna risa burlona, algo que me indicará que su arrebato de poner la fecha no era verdad, no obstante no fue así, siguió hasta la entrada de Gringgots esperando mi respuesta.

Me detuve en seco al escuchar su último comentario, el deseo de tenerlo conmigo íntimamente se esfumo de repente, en ese preciso momento quise volver por la copa de mi amo y sacarla de su maldita cámara. Cómo se atrevía a dirigirse de esa manera a mí, no estaba ordenándole algo a su estúpido elfo doméstico o a su patético hermano que solía agachar la mirada y asentir a los deseos de Rodolphus, no, trataba con Bellatrix Black, y merecía más que eso. Yo era una bruja poderosa, fiel seguidora del lado oscuro de la magia, hermosa y con una fortuna que aseguraba mi futuro, digna de él, por supuesto, no me comparaba con nada ni con nadie, no concebía porque este hombre seguía tratando de dominarme, bajo cualquier situación. Podía ceder, claro, casarme con él, darle gusto a mis padres, dármelo a mí misma, pero mi carácter explosivo dejo de vislumbrar las ventajas de terminar con este drama y acceder a sus peticiones.

En el banco, todo seguía igual, los duendes trabajando hundidos en un silencio lúgubre; suspiré profundamente mientras mis ojos lo miraron con furia, me acerque a él y con calma inquirí. - ¿A caso tu necesidad de tenerme es tanta que no puedes esperar un poco más? –pregunte a voz baja, lo que menos quería era ocasionar un escándalo en aquel lugar, debíamos pasar desapercibidos, pero tal parece, que eso sería imposible con Rodolphus y conmigo. –El whisky, lo elijo, tenemos que discutir el tema y no pretendo hacerlo sobria- me giré para empezar a caminar, pero regrese inmediatamente- y el hotel barato guárdalo para las mujerzuelas a las que sueles comprar – le dedique una sonrisa y eche a andar. Al parecer aquel último comentario no fue tan discreto como pretendía, pues un par de magos nos miraron con curiosidad, salí del lugar lo más rápido que pude, quizá habían pasado más horas de las había contemplado en aquella cámara, el cielo empezaba a oscurecer y algunos lugares del callejón diagon ya bajaban sus cortinas. Mi humor seguía como en un inicio, la hostilidad generada entre aquel hombre y yo iba en aumento, había tratado de mejorar la situación, pero me era imposible lidiar con su escasa cortesía.

por **Rodolphus Lestrange** Mar Mayo 08, 2018 10:32 pm

Las palabras de mi compañera dejaron mi cuerpo totalmente inmóvil. Ya no necesitaba más ejemplos, acciones o respuestas, todo estaba muy claro: “Está boda nunca se llevaría a cabo”. La verdad de todo es que me disgustaba, pero no el hecho de cancelar el evento, sino más bien, su facilidad de ver nuestra situación, sus palabras vacías y aquellos insultos carentes de sentido y causa. Aun así, había otra cosa que predominaba en mi conciencia, insistir, sí, esa estúpida idea de convencer a mis padres de no romper el compromiso el mismo día que Andromeda huyó de casa con ese sangre sucia, al menos tendría una excusa más para frenar esto ante Cygnus y Druella.

Lamentó mis palabras Señorita Black, no quise ofenderla, pero su hermana se conformó con menos- dije elevando mi voz. Esperaba que eso fuera suficiente para remediar su último insulto. Observe a los presentes con una sonrisa en mi rostro y me retiré manteniendo esa expresión, no debía rendir cuentas a nadie por el show forjado por ella. Ya fuera del Banco me tome un momento para mí. Acomode mi cabello, encendí un cigarrillo y observé el caminar de quién ahora era mi ex-prometida - Pagarás por esto querida - lleve el cigarrillo a mis labios y lo tiré al suelo en cosa de segundos, por alguna extraña razón no tenían el sabor indicado - Señor Lestrange -la voz de un mago me obligó a desviar la atención de Bella - ¿Cómo se encuentra su padre? - le miré manteniendo la poca razón que había dejado esa asquerosa mujer en mí- Olvidaba que era su curador, pero le informo que el Señor Lestrange vive… por ahora -di unos cuantos golpes en su hombro y me apresuré a encontrar a Black.

Las horas habían pasado más rápido de lo pensado, al parecer los bancos y los asuntos importantes siempre te arrebatan lo más precisado, el tiempo - Si continuas de esta forma, tarde o temprano el Señor Tenebroso se percatara de tu inestable carácter y bueno, ya sabes qué ocurrirá después - susurré junto a ella tras alcanzar sus pasos. Sabía que eso sería suficiente para frenar su actuar y todo cuanto tuviera en mente. Por ningún motivo se podía permitir que todo lo sucedido llegara a los oídos de nuestro señor, él odiaba los arrebatos más que nadie y claro, Black era la única que caía una y otra vez en ellos y daba por sentado que, ya había recibido algún reclamo en razón de ello - Te recomiendo, como los amigos que somos, que te retires a tu hogar, es tarde y no es bueno que permanezcas a solas en estos lugares - me cruce en su camino esbozando una sonrisa- Quiero mi anillo -extendí mi mano señalando la joya preciosa que permanecía en su mano desde hacía bastante tiempo, y aún así, exigía más para sellar un maldito contrato matrimonial- Ya sabes, es una joya muy valiosa para perderse y claro, hay otras que lo van a valorar más que tú -le guiñe un ojo esperando que lo hiciera rápido, quería esa copa de whisky y ella ya no estaba contemplada para ser mi compañía.

La humillación pública solo sería el principio de mi cobro en persona por todo lo que me había causado, le obligaría a recordar quién era y porque había sido elegido entre los primeros por mi señor, Black lamentaría cada día de su miserable vida este rechazo doble -Espero mi bien querida, los presentes ya están curiosos ¿Quieres que eleve mi voz? Parece que sí - sonreí y sin esperar un segundo reitere mi petición- ¡Quiero mi anillo! ¡Nuestro compromiso se ha disuelto por tu inoperancia y la mancha en tu sangre a causa de tu hermana! -mi voz era con un evidente tono de sarcasmo, pero los presentes no aparecían notarlo, aunque preferían continuar a verse involucrados con dos miembros de los sagrados 28 - Anda, quiero ese whisky y… -me acerque a su oído- una mujer que valga la pena.

por **Bellatrix Black** Miér Mayo 09, 2018 2:25 am

La rabia empezó a apoderarse de mí cuando menciono a Andrómeda, sabía perfectamente que ella era una vergüenza para la familia, sin embargo, usarla como insulto para una purista como yo, provocaría un incendio ahí mismo. No regresaría al banco, ya era suficiente con las miradas provocadas por aquella escena, salí con mayor velocidad, definitivamente beber una copa de whisky discutiendo algo sin sentido no sería oportuno. Agradecí que no fuera tras de mí, o se encontraría con la peor versión de Bellatrix, pero había anticipado aquel hecho, en cuestión de minutos alcanzó mi paso, mismo que detuve cuando oí pronunciar al señor tenebroso, a mi señor, ¿cómo se atrevía a cuestionar mi actuar en relación con él? – Mi señor tiene cosas más importantes de que preocuparse que por mis arrebatos, además si se entera le encantara conocer la razón de ellos- lo mire retadoramente, si bien sabía que él era considerado por mucho uno de sus mejores elementos, no me quitaría crédito delante del señor oscuro. -¿amigos?- rei mientras oía sus palabras, bromeaba, ahora no me quedaba duda de que cada una de sus palabras eran para desquiciarme y él tener un momento hilarante.

Negué con la cabeza en repetidas ocasiones, si seguía hablando acabaría con la ya deficiente paciencia que tenía y entonces siguió…Finalmente dio el tiro de gracia, el magnífico Rodolphus Lestrange humillando a lo grande a mi persona, a mi apellido, a mi familia. Miré repetidamente su rostro burlón y mi mano izquierda, la cual estaba adornada con un gran anillo de considerable valor, una joya preciada que pertenecía a su familia y que había decidido que su prometida portará. Observé a los presentes que estaban gustosos de oír a dos magos de tal renombre provocar un show en el callejón Diagon, ninguno se atrevió a entrometerse, pero alcanzaba a ver como cuchicheaban entre ellos la escena y un par de brujas riendo a lo bajo. Mi sangre hervía por todo lo que estaba sucediendo, minuto a minuto se elevaban mis ganas de matarle.

Una sonrisa fingida se instaló en mi rostro y sin pensarlo dos veces quite la costosa joya de mi mano y la lance hacía su perfecta cara, no importaba el valor emocional o económico, nada importaba delante de mi orgullo que se estaba haciendo trizas. –Bien logrado Lestrange, espero encuentres a alguien que sea lo suficientemente mujer para portarlo y claro, que sea aceptada por tus padres o siquiera por ti, dudo mucho que la encuentres, pero alegrémonos- alce la voz, girando para que todos prestarán atención- me has quitado un peso de encima, no tendré que sopórtate ni un minuto más, puedes largarte con cualquier mujerzuela que puedas comprar, como acostumbras a hacerlo. Solo asegúrate de no quitarles el anillo, se un poco caballero por primera vez, dudo que a quién se lo des tenga la suficiente solvencia, como yo, para dejar tan preciada joya–me acerqué a él, alzando delante suyo mi dedo índice y con tono amenazante termine- No vuelvas a insultar el apellido Black por las acciones de una tonta, Andrómeda ya no forma parte de mi estirpe y – golpee su rostro con fuerza, toda aquella que hasta el momento había contenido salió en el instante haciendo que su rostro girara automáticamente- no culpes a los demás por la incompetencia que tuviste para dominar a una mujer.

por **Rodolphus Lestrange** Miér Mayo 09, 2018 9:05 pm

Black, Black, Black, ese maldito apellido me tenía expuesto a una de las situaciones más difíciles de mi corta vida. ¿Por qué no aceptar mi propuesta de fijar nuestra boda para un mes? ¿Qué esperaba? ¿Una proposición de a dos? Eso ya estaba fuera de sus límites. Mi familia y sus padres le permitieron libre albedrío en cuanto a fijar una fecha de boda, pero incluso aquella libertad la tomó a la ligera. Yo sabía muy bien la importancia de esta estúpida boda: "Conservar la pureza de la sangre y un maldito heredero", sin embargo, Bellatrix parecía escapar por un motivo superior. Según algunos rumores temía perjudicar su participación en el bando del Señor Oscuro o peor, que los sentimientos nublaran su vista tal y como estaba ocurriendo con su hermana y Malfoy, aunque entre esas dos opciones, la segunda me parecía totalmente ridícula ¡Absurda! Ella no se podía comparar con la débil de Narcissa, era totalmente diferente, además mi persona jamás iba a intervenir en sus anhelos de cumplir cada deseo de nuestro amo.

Cuando me disponía a aclarar todo el asunto y ya ponerle un alto a nuestro desafortunado evento una bofetada me hizo girar mi rostro ¡No le era suficiente las palabras! Mordí ligeramente mi labio inferior para regresar mi rostro a su correcta postura, cuán difícil era demostrarle que todo lo que estaba haciendo era sólo por un bien superior, la sangre - Piensas que todo esto es por no dominarte ¿Crees eso? Qué patética y denigrante postura tienes - me incliné para tomar el anillo entre mis dedos dibujando un pequeño disgusto en mi frente ¿Debería retroceder en mi actuar? ¿Valdría la pena hacerlo? ¿Estimaba tanto a Bellatrix para rendir mi orgullo? Guarde el anillo en el interior de mi capa y me levanté con cierta agilidad - Nunca he tenido la intención de dominarte, nunca, eres muy valiosa para eso - deje escapar aquellas palabras entre dientes, era tan tortuoso como un cruciatus de su parte y peor, estaba demostrando debilidad, sentimientos por alguien que sólo me rechazaba - No insistiré más en esto -le miré a sus ojos por primera vez mostrando lo que podía decirse sinceridad - Ambos conocemos nuestros deseos más profundos, los hemos compartido en más de una oportunidad y claro, ninguno va a rendirlos por el otro... bueno, quizás me hubiera encantado vivirlos junto a ti de una manera más cercana. En fin. Voy a respetar este evento como tu sentir absoluto - Recorrí rápidamente el lugar con la mirada esperando que ningún imprudente permaneciera fijo ante mis comentarios - Bueno -Regresé mi atención a ella- Necesito esa copa de whisky. Señorita Black, como siempre, un gusto de charlar con usted - Hice una ligera caravana para retomar mi camino hacía la salida del Callejón.

A medida que avanzaba entre las personas mi mente permanecía inquieta ante lo acontecido, mas no me preocupaba eso, sino la presión que llevaba en mi pecho. Mi capa pesaba, mi cuerpo se sentía diferente ¿Me había dado un hechizo junto con la bofetada? No, claro que no, me hubiera percatado en cosa de segundos, entonces ¿Qué diablos me sucedía? Quizás el hecho de confesar lo que realmente sentía y esperaba vivir con ella me tenía de esta forma. Lleve mi mano derecha disimuladamente a mi cuello tratando de sentir la presión ¿Estaba extraña? ¡Qué ridículo! Me detuve en seco provocando un choque de cuerpo con el mago tras de mí - ¡Pero qué...! -El hombre no alcanzó a terminar su oración a causa de mi golpe en su rostro, no tenía ánimos de discutir con semejante basura. Al menos pude observar a Bellatrix en el mismo lugar ¿Me estaba observando? Claro que no, de seguro contemplaba algo fuera de mi imaginación. Le miré durante unos segundos tratando de contener mis movimientos, era difícil lo que estaba a punto de realizar: Disculparme. Mis zapatos fueron los primeros en avanzar y acto seguido le imitó mi orgullo.

- Necesito que me acompañes... -cada palabra rasgaba mi garganta - te debo una disculpa y más - el veneno de runespoor no se comparaba con este dolor ¡Por qué me humillaba de ésta manera! - Por favor Bellatrix - extendí mi mano y al no tener respuesta cometí otro acto imprudente: tomé su brazo y le trasladé junto a mí.

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