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Vociferador #5 GOSSIP WITCH !IMPORTANTE!
Jue Mar 08, 2018 8:19 pm por Bellatrix Black
SE BUSCA: GOSSIP WITCH
Brujas y magos de Hogwarts, la dinámica es la siguiente, necesitamos un buen reportero para esta sección, puntos a considerar:
-Mantenernos al tanto de que pasa en el foro, …
Brujas y magos de Hogwarts, la dinámica es la siguiente, necesitamos un buen reportero para esta sección, puntos a considerar:
-Mantenernos al tanto de que pasa en el foro, …
Comentarios: 8
Vociferador #1: Avatar ¡Importante!
Sáb Ene 27, 2018 12:30 am por Bellatrix Black
.Sobre el Avatar .
Magos y brujas de Merodeadores, con la finalidad de tener todo muy bonito en el foro, es importante colocar el tamaño del avatar de tal forma que no se deforme la imagen de su …
Comentarios: 36
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Técnicas de Artes Oscuras (BLACK)
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Técnicas de Artes Oscuras (BLACK)
Mantenía la misma postura tras emitir mis últimas ordenes a Malfoy. Rígido, erguido, con mis brazos tras de mi espalda, mirada fija en los amplios ventanales y un sólo pensamiento: Dumbledore. Quién imaginaría que sientiera tanto aprecio por los muggles, bueno, quizás se debía a su propia condición o simplemente era una de sus fingidas facetas. Sin embargo, eso me tenía sin cuidado ya que, mi real atención pasaba por su "ejército" - Necio - escupí entre dientes. Nadie, absolutamente nadie estaba en sus facultades para oponerse a mi propósito ¡Nadie! Pero claramente Dumbledore no lograba ver más allá de su interés egoísta y no veía el problema de fondo. Nuestro mundo caía cada vez más bajo, los muggles nos encerraban en cuatro paredes, nos obligaban a caminar en la oscuridad y nos impedían gobernar ¿Era tan difícil entender eso? Un mago es y será superior a un muggle ¿Por qué insistir en esa mezcla absurda? ¿Por qué ocultarnos? ¿Por qué cuidar de ellos? Apreté mis dedos sin control al tiempo que recordaba las palabras de Rosier "La Orden del Fénix" ¿Pretendían enfrentarse? Era obvio, el Ministerio ya estaba agotando sus recursos y cada día quedaban al descubierto de ser una tropa de inútiles, al menos eso me reconfortaba.
- Mi Señor - fruncí el ceño tras la interrupción de Malfoy, no había quedado claro que no deseaba hablar más y mucho menos después de su poca iniciativa - Mi Señor, Bellatrix aguarda en el despacho principal, asegura que usted indicó su presencia - ¿Qué podría querer Black? Baje la mirada sonriendo. Liberé mis brazos y giré sobre mis talones, caminé en dirección a Malfoy posando mis ojos sobre su cabeza, le vi pálido como siempre, casi podía sentir el temblor de sus huesos ¡Qué patético! Al menos seguía ordenes, era muy fácil de manipular y aún en la ignoracia hay virtud - Ve y dile que estoy aquí - le indiqué la salida con una de mis manos - El tiempo apremia -imperé ante su nula movilidad. Observe un atisbo de miedo en su mirada y para evitar una muerte innecesaria volví a girar mi cuerpo.
Si mal recordaba, mi orden fui muy directa para con Bellatrix: Ocuparse de esas formalidades de su pronta unión, pero no la culpaba de estar nuevamente a mis pies. Una mujer tan hábil como ella en las artes oscuras, no podía permanecer quieta y mucho menos rendirse por un simple matrimonio. Sin embargo, tampoco le estaba permitido pasar por alto dicho acto, más ahora que su familia pasaba por un terrible momento. Sentí abrir las puertas una vez más, pero permanecí sin mover un músculo, no había necesidad de hacerlo ya que, si ella deseaba acercarse podía hacerlo - ¿Qué te trae Black? No recuerdo que solicitara tu presencia el día de hoy - hice una pequeña pausa - Pero resulta ser muy oportuna. Malfoy comentó que hay aurores investigando tu persona por la muerte del Primer Ministro muggle - dirigí mi mano derecha al interior de mi capa en búsqueda de mi varita, la tomé entre mis dedos y la observe con inquietud - Cometiste un error - sentencie - ¿Debería pedir que otro lo remedie? - dije en un tono muy particular. Acaricie mi varita con los dedos de mi mano izquierda sin tomar interés a sus movimientos, la razón, cometió errores donde no debía hacerlo y además, yo tome parte de mi tiempo para inculcar ciertos talentos de magia oscura en su persona ¡Cómo podía despreciar eso! - ¡Responde! - escupí con un amplio siseo en mi voz-
Giré de forma abrupta, no para apreciar su figura, sino para que ella entendiera el disgusto en mi persona. No toleraba los errores y mucho menos de quienes yo creía "talentosos". Di un paso, luego otro, le observe seriamente sin dejar de mover mi varita entre mis dedos y me detuve. Su expresión era diferente a la timidez que mostraba el anfitrión, más bien podría calificarse como altanera, no, claro que no, relajé mi rostro y avancé otros dos pasos, no parecía que ella fuera a retroceder y mucho menos a acercarse, sólo permanecía recta y firme en su postura, al menos eso era digno.
- Mi Señor - fruncí el ceño tras la interrupción de Malfoy, no había quedado claro que no deseaba hablar más y mucho menos después de su poca iniciativa - Mi Señor, Bellatrix aguarda en el despacho principal, asegura que usted indicó su presencia - ¿Qué podría querer Black? Baje la mirada sonriendo. Liberé mis brazos y giré sobre mis talones, caminé en dirección a Malfoy posando mis ojos sobre su cabeza, le vi pálido como siempre, casi podía sentir el temblor de sus huesos ¡Qué patético! Al menos seguía ordenes, era muy fácil de manipular y aún en la ignoracia hay virtud - Ve y dile que estoy aquí - le indiqué la salida con una de mis manos - El tiempo apremia -imperé ante su nula movilidad. Observe un atisbo de miedo en su mirada y para evitar una muerte innecesaria volví a girar mi cuerpo.
Si mal recordaba, mi orden fui muy directa para con Bellatrix: Ocuparse de esas formalidades de su pronta unión, pero no la culpaba de estar nuevamente a mis pies. Una mujer tan hábil como ella en las artes oscuras, no podía permanecer quieta y mucho menos rendirse por un simple matrimonio. Sin embargo, tampoco le estaba permitido pasar por alto dicho acto, más ahora que su familia pasaba por un terrible momento. Sentí abrir las puertas una vez más, pero permanecí sin mover un músculo, no había necesidad de hacerlo ya que, si ella deseaba acercarse podía hacerlo - ¿Qué te trae Black? No recuerdo que solicitara tu presencia el día de hoy - hice una pequeña pausa - Pero resulta ser muy oportuna. Malfoy comentó que hay aurores investigando tu persona por la muerte del Primer Ministro muggle - dirigí mi mano derecha al interior de mi capa en búsqueda de mi varita, la tomé entre mis dedos y la observe con inquietud - Cometiste un error - sentencie - ¿Debería pedir que otro lo remedie? - dije en un tono muy particular. Acaricie mi varita con los dedos de mi mano izquierda sin tomar interés a sus movimientos, la razón, cometió errores donde no debía hacerlo y además, yo tome parte de mi tiempo para inculcar ciertos talentos de magia oscura en su persona ¡Cómo podía despreciar eso! - ¡Responde! - escupí con un amplio siseo en mi voz-
Giré de forma abrupta, no para apreciar su figura, sino para que ella entendiera el disgusto en mi persona. No toleraba los errores y mucho menos de quienes yo creía "talentosos". Di un paso, luego otro, le observe seriamente sin dejar de mover mi varita entre mis dedos y me detuve. Su expresión era diferente a la timidez que mostraba el anfitrión, más bien podría calificarse como altanera, no, claro que no, relajé mi rostro y avancé otros dos pasos, no parecía que ella fuera a retroceder y mucho menos a acercarse, sólo permanecía recta y firme en su postura, al menos eso era digno.
Lord Voldemort
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90
Fecha de inscripción :
08/08/2018
Re: Técnicas de Artes Oscuras (BLACK)
El sol se había ocultado ya, aparecí en el patio trasero de la mansión Malfoy, a estas alturas sabía perfectamente dónde encontrar a mi señor. Permanecía inquieta por los sucesos después del ataque al primer ministro muggle, no dudaba que mi amo ya hubiera escuchado las historias de Barty sobre la rubia que pronunciaba mi nombre acusándome de dar muerte al hombre, además claro, que cualquier noticia que le fuera de utilidad al señor tenebroso no se dudaba en decirle. Caminaba hacia la entrada principal, mis piernas vacilaban, parecía que sabían perfectamente que se enfrentarían a la furia del mago más poderoso de todos los tiempos, no obstante, era mí deber enfrentar mi castigo por haber errado. Lamentaba completamente lo que iba a suceder, no por morir, sino por haber fallado en una misión que me había obsequiado mi amo. Después de haber compartido conmigo sus conocimientos, no era digno de mí presentarme esta noche con malas noticias. Estaba furiosa, odiaba a Lestrange y su capricho de mantener a salvo a esa mujer, y ni que decir de ella, ya había firmado su sentencia de muerte.
Me detuve un momento antes de llamar a la puerta, no sabía cuáles serían mis palabras ante la inquisidora mirada del señor tenebroso, jamás me permití un error con él, lo admiraba en todas sus formas, Lord Voldemort era una mago digno de admiración, era purista, con ideales claros y con la suficiente valentía para regresar el poder a los magos, por sobre cualquier otra especie, incluyendo a los despreciables sangre sucia que hacían que desde hace tiempo nos escondiéramos como ratas en las alcantarillas. Mi apellido me había abierto paso para enfilarme con mayor facilidad en su movimiento, ser una Black tenía sus privilegios, no obstante, no bastaba con pertenecer a una afamada familia purista, ante el señor oscuro, se debía tener suficiente talento en el ejercicio de la magia, mismo que poseía yo y aquello me permitía un acceso directo a él, por esta razón detestaba estar en esa situación.
Suspire profundamente y sin esperar más, llame a la puerta, el asqueroso elfo de la familia me dio paso reverenciando mi presencia, lo ignore por completo. –Bellatrix, a qué debemos tu visita – la voz de Lucius Malfoy sonó en el salón principal, se hallaba frente a la chimenea y no hubo necesidad de mirarme para saber que me encontraba presente. El miedo empezaba a recorrer mi cuerpo, sin embargo, no era algo que debiera conocer el rubio, con firmeza en mi voz le espete- Mi señor pidió verme y es lo único que necesitas saber, deberías notificarle – cruce mis brazos, manteniendo mi porte firme. No se mostró renuente ante mi visita, con languidez subió unas escaleras y poco a poco fue desapareciendo de mi vista. A los pocos minutos re apareció– Adelante querida- indico y sin más de aproxime a encontrarme con el señor tenebroso. Abrí las puertas, la habitación se hallaba poco iluminada, el mago se encontraba al fondo mirando hacia las afueras de la casa. Me aproxime con lentitud pero sin titubear, mantuve mi cabeza agachada en señal de subordinación ante su magnífica presencia – Mi señor – calle por respeto, permitiendo que hablara. Aunque mi cabeza se mantuviera en la misma posición alcanzaba a visualizar los sutiles movimientos que hacía, había tomado la varita en sus manos, me preguntaba si me daría oportunidad de pronunciar disculpa alguna antes de lanzar alguna maldición asesina. Guardó silencio y me dio pauta para hablar. Con rapidez me aproxime un poco más a él, deje caer mi cuerpo sobre mis rodillas, expresando mi más profundo pesar por haber errado – Mi señor, mi señor, le suplico que me permita corregir dicho error, yo, yo… le he fallado pero puedo enmendarlo Milord – deseaba expresar que la culpa le pertenecía a alguien más, sin embargo, ante él, debía admitir mi falla y rogar porque me mantuviera con vida. – Cumpliré sus órdenes y no habrá falla alguna, se lo puedo asegurar. Solo, solo permítame hacerlo – calle inmediatamente y espere su actuar, estaba lista para lo que viniera, apreté mis labios esperando alguna señal de mi amo.
Me detuve un momento antes de llamar a la puerta, no sabía cuáles serían mis palabras ante la inquisidora mirada del señor tenebroso, jamás me permití un error con él, lo admiraba en todas sus formas, Lord Voldemort era una mago digno de admiración, era purista, con ideales claros y con la suficiente valentía para regresar el poder a los magos, por sobre cualquier otra especie, incluyendo a los despreciables sangre sucia que hacían que desde hace tiempo nos escondiéramos como ratas en las alcantarillas. Mi apellido me había abierto paso para enfilarme con mayor facilidad en su movimiento, ser una Black tenía sus privilegios, no obstante, no bastaba con pertenecer a una afamada familia purista, ante el señor oscuro, se debía tener suficiente talento en el ejercicio de la magia, mismo que poseía yo y aquello me permitía un acceso directo a él, por esta razón detestaba estar en esa situación.
Suspire profundamente y sin esperar más, llame a la puerta, el asqueroso elfo de la familia me dio paso reverenciando mi presencia, lo ignore por completo. –Bellatrix, a qué debemos tu visita – la voz de Lucius Malfoy sonó en el salón principal, se hallaba frente a la chimenea y no hubo necesidad de mirarme para saber que me encontraba presente. El miedo empezaba a recorrer mi cuerpo, sin embargo, no era algo que debiera conocer el rubio, con firmeza en mi voz le espete- Mi señor pidió verme y es lo único que necesitas saber, deberías notificarle – cruce mis brazos, manteniendo mi porte firme. No se mostró renuente ante mi visita, con languidez subió unas escaleras y poco a poco fue desapareciendo de mi vista. A los pocos minutos re apareció– Adelante querida- indico y sin más de aproxime a encontrarme con el señor tenebroso. Abrí las puertas, la habitación se hallaba poco iluminada, el mago se encontraba al fondo mirando hacia las afueras de la casa. Me aproxime con lentitud pero sin titubear, mantuve mi cabeza agachada en señal de subordinación ante su magnífica presencia – Mi señor – calle por respeto, permitiendo que hablara. Aunque mi cabeza se mantuviera en la misma posición alcanzaba a visualizar los sutiles movimientos que hacía, había tomado la varita en sus manos, me preguntaba si me daría oportunidad de pronunciar disculpa alguna antes de lanzar alguna maldición asesina. Guardó silencio y me dio pauta para hablar. Con rapidez me aproxime un poco más a él, deje caer mi cuerpo sobre mis rodillas, expresando mi más profundo pesar por haber errado – Mi señor, mi señor, le suplico que me permita corregir dicho error, yo, yo… le he fallado pero puedo enmendarlo Milord – deseaba expresar que la culpa le pertenecía a alguien más, sin embargo, ante él, debía admitir mi falla y rogar porque me mantuviera con vida. – Cumpliré sus órdenes y no habrá falla alguna, se lo puedo asegurar. Solo, solo permítame hacerlo – calle inmediatamente y espere su actuar, estaba lista para lo que viniera, apreté mis labios esperando alguna señal de mi amo.
Re: Técnicas de Artes Oscuras (BLACK)
Una ira recorrío rápidamente todo mi cuerpo y se concentró a gran escala en mi mano izquierda, dejé todo el peso de mi varita en mi mano opuesta y sin esperar una excusa más, golpee su rostro. Sí esperaba un cruciatus de mi parte o el fin de su vida, erraba, no merecía nada de ello, ni siquiera una palabra. Regresé a mi postura erguida sin quitar el disgusto de mi rostro, la sumisión no era una solución con mi persona, lo sabía perfectamente y aú así, insistía en permanecer de rodillas. Mis dedos se deslizaron una vez más por el corto mango de mi varita y simule un gesto con ellos, sin embargo, opte por ofrecer mi espalda a la bruja. Eso sería suficiente para su entendimiento.
Me resultaba muy decepcionante la actitud de Black, nunca me había parecido mediocre o impulsiva como su compañero, esa personalidad desquiciada y de actuar sin pensar era propia de Lestrange ¿Tan pronto le afectaba su cercanía? O quizás, era un rasgo característico de los Black. No podía pasar por alto la poca prudencia de quien fuere su hermana o peor, ese tal Sirius ¡Cuánto deshonor! Dos sangre pura ofendiendo, humillando y desvalorando su posisión, merecían la muerte y más - Levántate - ordené finalmente. Estar ahí de rodillas sólo provocaba que mi sangre fluyera más rápido. Cerré mis ojos tratando de resolver este cabo suelto, no era suficiente lidiar con esa Orden del Fénix, no, ahora además debía encargarme de los descuidos de los inútiles que me seguían - Rodolphus se encargará de solucionar este problema tuyo - abrí mis ojos presionando mi varita - Sí te permitiera ir y arreglar todo esto, sería un error de mi parte, pero eso no sucederá. Lestrange deberá limpiar tus huellas y por el bien tuyo y el de él, ruega porque así sea - baje mi vista y la elevé al instante, quizás la mujer me podía ser útil en otro aspecto - Aunque hay algo en lo cual me puedes ser útil - sonreí para mí.
Era claro que Black estaba por bajo el nivel de Malfoy, de Rosier e incluso de los hermanos Lestrange ¿Motivos? Imaginaba que sus padres no le educaron como debió ser en la artes oscuras, pero no cabía duda que su potencial sobrepasaba a los mencionados. Esa condición innata me impulsaba a perfeccionarla, no era adecuado dejar ese potencial en la nada, además todo ello sería en mi beneficio propio - Debo atender un asunto - guardé mi varita en el interior de mi capa - Y requiero contar con la presencia de un fiel - susurré como si Nagini fuera mi compañera - Solicitaría la presencia de Lucius, pero está muy ocupado en otros deberes ya, y teniendo presente que tu prometido debe atender tu error -frené mi voz de golpe, fruncí el ceño y continúe con tono brusco - sólo me quedas tú - volteé esperando encontrar su cuerpo ya de pie, no iba a reiterar mi orden, claro que no. Al menos agradecí que su mente fuera más rápido que las de su clase. Jugueteé con mi anillo dando pequeños pasos y repensando mis palabras continúe - Sé que gustas de la tortura y de otros talentos que yo mismo aprecio - me detuve a unos cuantos centímetros de ella - ¿Te resulta fácil de convocar la maldición asesina? - inquirí esbozando lo que podría y debía interpretarse como una sonrisa.
Realizar aquella maldición no era ningún esfuerzo para mi persona, de hecho, no debía serlo para ningún mago que contara con el suficiente valor y odio a su momento, pero claramente no faltaba el inútil que temblaba y sólo lograba conseguir un estruendo de su varita y un sangrado de su nariz, esos magos eran los que debían estar bajo el dominio de los muggles, por su completa falta de competencia - Sé que no tiemblas, me satisface, nos satisface - susurraba observando sus ojos ¡Cuanta admiración y placer! - Pero hay una gama de hechizos mucho más interesantes, magia oscura, tenebrosa... magia que yo podría seguir inculcando en tu persona -mi mano se deslizo tan rápido que la mujer no tuvo oportunidad de reaccionar. Apreté su cuello cortando algo su respiración - Pero si fallas en algo tan simple como matar un muggle, usaré esa magia para quitar tu vida - apreté más fuerte su frágil cuerpo - ¿Comprendes? - le liberé -
Me resultaba muy decepcionante la actitud de Black, nunca me había parecido mediocre o impulsiva como su compañero, esa personalidad desquiciada y de actuar sin pensar era propia de Lestrange ¿Tan pronto le afectaba su cercanía? O quizás, era un rasgo característico de los Black. No podía pasar por alto la poca prudencia de quien fuere su hermana o peor, ese tal Sirius ¡Cuánto deshonor! Dos sangre pura ofendiendo, humillando y desvalorando su posisión, merecían la muerte y más - Levántate - ordené finalmente. Estar ahí de rodillas sólo provocaba que mi sangre fluyera más rápido. Cerré mis ojos tratando de resolver este cabo suelto, no era suficiente lidiar con esa Orden del Fénix, no, ahora además debía encargarme de los descuidos de los inútiles que me seguían - Rodolphus se encargará de solucionar este problema tuyo - abrí mis ojos presionando mi varita - Sí te permitiera ir y arreglar todo esto, sería un error de mi parte, pero eso no sucederá. Lestrange deberá limpiar tus huellas y por el bien tuyo y el de él, ruega porque así sea - baje mi vista y la elevé al instante, quizás la mujer me podía ser útil en otro aspecto - Aunque hay algo en lo cual me puedes ser útil - sonreí para mí.
Era claro que Black estaba por bajo el nivel de Malfoy, de Rosier e incluso de los hermanos Lestrange ¿Motivos? Imaginaba que sus padres no le educaron como debió ser en la artes oscuras, pero no cabía duda que su potencial sobrepasaba a los mencionados. Esa condición innata me impulsaba a perfeccionarla, no era adecuado dejar ese potencial en la nada, además todo ello sería en mi beneficio propio - Debo atender un asunto - guardé mi varita en el interior de mi capa - Y requiero contar con la presencia de un fiel - susurré como si Nagini fuera mi compañera - Solicitaría la presencia de Lucius, pero está muy ocupado en otros deberes ya, y teniendo presente que tu prometido debe atender tu error -frené mi voz de golpe, fruncí el ceño y continúe con tono brusco - sólo me quedas tú - volteé esperando encontrar su cuerpo ya de pie, no iba a reiterar mi orden, claro que no. Al menos agradecí que su mente fuera más rápido que las de su clase. Jugueteé con mi anillo dando pequeños pasos y repensando mis palabras continúe - Sé que gustas de la tortura y de otros talentos que yo mismo aprecio - me detuve a unos cuantos centímetros de ella - ¿Te resulta fácil de convocar la maldición asesina? - inquirí esbozando lo que podría y debía interpretarse como una sonrisa.
Realizar aquella maldición no era ningún esfuerzo para mi persona, de hecho, no debía serlo para ningún mago que contara con el suficiente valor y odio a su momento, pero claramente no faltaba el inútil que temblaba y sólo lograba conseguir un estruendo de su varita y un sangrado de su nariz, esos magos eran los que debían estar bajo el dominio de los muggles, por su completa falta de competencia - Sé que no tiemblas, me satisface, nos satisface - susurraba observando sus ojos ¡Cuanta admiración y placer! - Pero hay una gama de hechizos mucho más interesantes, magia oscura, tenebrosa... magia que yo podría seguir inculcando en tu persona -mi mano se deslizo tan rápido que la mujer no tuvo oportunidad de reaccionar. Apreté su cuello cortando algo su respiración - Pero si fallas en algo tan simple como matar un muggle, usaré esa magia para quitar tu vida - apreté más fuerte su frágil cuerpo - ¿Comprendes? - le liberé -
Lord Voldemort
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Re: Técnicas de Artes Oscuras (BLACK)
Mis ojos lo miraban con idolatría, a pesar de hallarme a sus pies no era ante cualquier persona, sino delante de mi amo, era merecedora del castigo que quisiera darme. Hubo un breve instante de silencio, solo oía mi respiración agitada y el golpeteo acelerado de mi corazón contra mi pecho. De pronto mi rostro giro a causa del golpe propinado por mi señor, cerré los ojos esperando que el dolor cesara y me mantuve en la misma posición, probablemente este acto era el primero de muchos que acontecerían por causa de mi estupidez. –Mi…, mi señor- mi voz sonó baja y quebrada, no sabía si oía mis palabras, cuando hubo volteado su cuerpo titubee en ponerme de pie, cuando lo ordeno fue sencillo cumplir su petición. Erguí mi postura, sin dejar de mirarle, cuando pronuncio a Lestrange mi semblante cambio considerablemente, la rabia se despertó dentro de mí, trague cualquier palabra que pudiera decir, en todo caso, sería innecesario darle detalles de lo ocurrido aquella noche, solo deseaba que siendo petición del señor tenebroso, mi prometido no tuviera gentilezas con aquella mujer. –Sí mi señor, mis deseos con el desempeño de Lestrange son los mismo, aunque, si usted me permitiera atar aquel cabo suelto, yo podría, pero me atengo a sus deseos – mis manos se colocaron en mi espalda y decidí dejar de insistir en que me diera otra oportunidad, al igual que muchos mortifagos que habían fallado, yo debía ganar su confianza de nuevo y haría todo lo que estuviera en mis manos para poder conseguirlo.
-¿Serle útil mi señor? Estoy a su pleno servicio, sería un hon… - mi hablar se interrumpió, guarde silencio y oí con atención sus palabras. ¿Lucius? ¿Lestrange? Me costaba asimilar qué pensará que el patético de Malfoy y el arrogante de Lestrange fueran una opción antes que yo, yo era brillante en muchos sentidos, tenía mi lealtad a sus pies y tenía un talento difícil de encontrar en otra bruja, pero al paso de sus palabras mi furia fue menguando. Reí ante su especulación de mi particular modo de tratar a mis enemigos- Diría que es como quitarle el dulce a un niño mi señor – respondí a su pregunta- podría conseguirle quien diera fe de ello, pero dudo que los muertos hablen – reí, no moví ningún musculo, ante sus palabras quedaba asombrada. Mi amo conocía perfectamente a su círculo cercano, conocía de sobra mis habilidades y al parecer estaba conforme con ellas. Acorto la distancia que existía entre nosotros, sin verlo venir me sostuvo del cuello, mis ojos marrones se abrieron a causa de la falta de aire, empero, no hice movimiento alguno para quitar sus manos.
Tocí levemente, tome mi varita de las medias que cubrían mis piernas y la sostuve firmemente – Comprendo a la perfección señor, es un verdadero placer ser aprendiz de usted, no habrá decepción alguna y destaco que soy una bruja por encima de cualquier otra y… otros. Le seré muy útil- hice una reverencia ante él, miré a mi alrededor, era un lugar amplio y con muchos artilugios de gran valor, Lucius siempre decoraba de una forma muy ostentosa sus lugares, no sabía si este lugar sería el apropiado para llevar a cabo los planes de mi señor- Le puedo asegurar que una vez que haya terminado conmigo, yo misma podré aniquilar al viejo de Dumbledor, claro, si usted deseara que yo lo hiciera, permítame agregar que – quite la capa que cubría mi cuerpo, quería estar lo más ligera posible; la coloque en el sofá que se hallaba cerca y volví a acercarme a mi señor – aunque no fuera su primera opción, soy mucho mejor que Malfoy y Lestrange, pero a las pruebas me remito amo – sonreí amplia mente.
-¿Serle útil mi señor? Estoy a su pleno servicio, sería un hon… - mi hablar se interrumpió, guarde silencio y oí con atención sus palabras. ¿Lucius? ¿Lestrange? Me costaba asimilar qué pensará que el patético de Malfoy y el arrogante de Lestrange fueran una opción antes que yo, yo era brillante en muchos sentidos, tenía mi lealtad a sus pies y tenía un talento difícil de encontrar en otra bruja, pero al paso de sus palabras mi furia fue menguando. Reí ante su especulación de mi particular modo de tratar a mis enemigos- Diría que es como quitarle el dulce a un niño mi señor – respondí a su pregunta- podría conseguirle quien diera fe de ello, pero dudo que los muertos hablen – reí, no moví ningún musculo, ante sus palabras quedaba asombrada. Mi amo conocía perfectamente a su círculo cercano, conocía de sobra mis habilidades y al parecer estaba conforme con ellas. Acorto la distancia que existía entre nosotros, sin verlo venir me sostuvo del cuello, mis ojos marrones se abrieron a causa de la falta de aire, empero, no hice movimiento alguno para quitar sus manos.
Tocí levemente, tome mi varita de las medias que cubrían mis piernas y la sostuve firmemente – Comprendo a la perfección señor, es un verdadero placer ser aprendiz de usted, no habrá decepción alguna y destaco que soy una bruja por encima de cualquier otra y… otros. Le seré muy útil- hice una reverencia ante él, miré a mi alrededor, era un lugar amplio y con muchos artilugios de gran valor, Lucius siempre decoraba de una forma muy ostentosa sus lugares, no sabía si este lugar sería el apropiado para llevar a cabo los planes de mi señor- Le puedo asegurar que una vez que haya terminado conmigo, yo misma podré aniquilar al viejo de Dumbledor, claro, si usted deseara que yo lo hiciera, permítame agregar que – quite la capa que cubría mi cuerpo, quería estar lo más ligera posible; la coloque en el sofá que se hallaba cerca y volví a acercarme a mi señor – aunque no fuera su primera opción, soy mucho mejor que Malfoy y Lestrange, pero a las pruebas me remito amo – sonreí amplia mente.
Re: Técnicas de Artes Oscuras (BLACK)
Desprecie cada una de las palabras de la mujer, no me interesaba atender su vanidad y mucho menos ese ego infundado. Dejé caer mis ojos sobre sus brazos ¿Qué hacía? Sus manos se deslizaron con agilidad por sobre su capa de viaje permitiendo que la misma callerá sobre el frío cuero del sillón - Tus palabras sólo me demuestran falencias. Malfoy puede ser un joven temeroso de sus acciones, pero nunca ha fallado a mis ordenes. Lestrange, tu prometido, incluso Rabastan han sido pulcros ¿Aún piensas que es correcto elegir tu persona por sobre ellos? - decía obviando todo cuanto pasaba por mis ojos. Giré bruscamente sobre mi eje sin dar paso a esas vanalidades. Extendí mi mano derecha por completo, la lleve a mi rostro y presioné lentamente mis mejillas hasta llegar a mi mentón - Aproxímate - esperé la cercanía de su cuerpo sin quitar las palabras de Lucius de mi mente: "Los aurores tienen a Black en su mira. Hay un testigo que asegura su jactancia de matar al Primer Ministro muggle", contuve mi respiración y sin más le tomé de su brazo con fuerza. Mis dedos temblaban de ira sobre su piel ¡Cómo había cometido un error tan básico! Le acerqué a mí quedando a tan sólo unos centímetros de mi rostro, casi podía sentir su respiración sobre mi rostro, pero me resultaba más preocupante el movimiento de su pecho - ¿Temes? - pregunté como si fuera un reflejo de mi persona en el espejo.
No parecía ser una actitud de miedo, no, no lo era ¿Entonces qué pasaba por ella? De seguro eran esas cosas de mujer. Sin embargo, no era apropiada esa conducta, eso podía expresarlo junto a Lestrange o ante otro, no frente a su amo. Le aparté de un sólo movimiento de mi lado pero mantuve mi mano sobre su brazo, su piel tenía algo y me impedía liberarle. Giré mi rostro sólo unos cuantos grados para contemplar su actuar, extrañamente estaba fuera de sí, resoplé con asco y le deseche cual artilugio barato - Necesito que atiendas junto con Lestrange un asunto - me aparté de ella dando pasos hacía la chimenea - Dumbledore forjó lo que se puede describir como un pequeño ejército. Magos y brujas traidores a la sangre. Magos que deberían adherir a nuestro pensamiento, orgullecer a sus antepasados pero no ¡Se nos oponen! Creen que dominar a los muggles es un acto barbárico y que nos llevaría a impulsar un régimen del terror, casi una dictadura por mí persona - sentí recorrer mi sangre a ritmo apresurado por todo mi cuerpo, era una sensación agradable, casi comparable con la tortura y el pronunciar la maldición asesina. Cerré mis ojos girando mi cuello de un lugar a otro ¡Qué placer! ¡Matar! Abrí mis ojos de golpe y reí extrañamente - Bellatrix, ven, acércate - ordené tras mover unos de mis dedos -
Los pasos de Black resonaban en el silencio de mi mente, casí de la misma forma que ese particular aroma suyo - Es muy probable que esa hermana tuya preste sus servicios a la Orden del Fénix. No sería sorpresa tras esa cruza. Incluso Sirius, tu primo, pronto estará buscando la oportunida para hacer valer esas ideas de Dumbledore. Nunca imaginé que la familia Black fuera a caer tan bajo. Tú y Narcissa deben ser muy eficientes de ahora en adelante, en especial en lo que se refiere a descendencia - le miré de reojos - Lestrange da por hecho ese asunto. Aunque debes tener muy presente que la maternidad y esas cosas, te frenarán - regresé mis ojos a las flameantes llamas - Posterga eso. Dentro de poco tendremos el poder en nuestras manos y podrás ceder ese capricho a tu compañero, no permitas que ahogue tu talento en un niño - siseaba por lo bajo. Aquellas palabras envolvían más que una orden, sin embargo, Black no debía conocer mis verdaderas intenciones en ellas.
No parecía ser una actitud de miedo, no, no lo era ¿Entonces qué pasaba por ella? De seguro eran esas cosas de mujer. Sin embargo, no era apropiada esa conducta, eso podía expresarlo junto a Lestrange o ante otro, no frente a su amo. Le aparté de un sólo movimiento de mi lado pero mantuve mi mano sobre su brazo, su piel tenía algo y me impedía liberarle. Giré mi rostro sólo unos cuantos grados para contemplar su actuar, extrañamente estaba fuera de sí, resoplé con asco y le deseche cual artilugio barato - Necesito que atiendas junto con Lestrange un asunto - me aparté de ella dando pasos hacía la chimenea - Dumbledore forjó lo que se puede describir como un pequeño ejército. Magos y brujas traidores a la sangre. Magos que deberían adherir a nuestro pensamiento, orgullecer a sus antepasados pero no ¡Se nos oponen! Creen que dominar a los muggles es un acto barbárico y que nos llevaría a impulsar un régimen del terror, casi una dictadura por mí persona - sentí recorrer mi sangre a ritmo apresurado por todo mi cuerpo, era una sensación agradable, casi comparable con la tortura y el pronunciar la maldición asesina. Cerré mis ojos girando mi cuello de un lugar a otro ¡Qué placer! ¡Matar! Abrí mis ojos de golpe y reí extrañamente - Bellatrix, ven, acércate - ordené tras mover unos de mis dedos -
Los pasos de Black resonaban en el silencio de mi mente, casí de la misma forma que ese particular aroma suyo - Es muy probable que esa hermana tuya preste sus servicios a la Orden del Fénix. No sería sorpresa tras esa cruza. Incluso Sirius, tu primo, pronto estará buscando la oportunida para hacer valer esas ideas de Dumbledore. Nunca imaginé que la familia Black fuera a caer tan bajo. Tú y Narcissa deben ser muy eficientes de ahora en adelante, en especial en lo que se refiere a descendencia - le miré de reojos - Lestrange da por hecho ese asunto. Aunque debes tener muy presente que la maternidad y esas cosas, te frenarán - regresé mis ojos a las flameantes llamas - Posterga eso. Dentro de poco tendremos el poder en nuestras manos y podrás ceder ese capricho a tu compañero, no permitas que ahogue tu talento en un niño - siseaba por lo bajo. Aquellas palabras envolvían más que una orden, sin embargo, Black no debía conocer mis verdaderas intenciones en ellas.
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Re: Técnicas de Artes Oscuras (BLACK)
Mi sonrisa se apagó en el instante en que menciono de nueva cuenta que otros estaban por encima de mí, Malfoy era un cobarde, Rabastan un mediocre y Lestrange, él era el peor de todos, yo lo conocía bien, y este error por el cual me culpaba mi señor había sido de él, de él y la estúpida rubia que le complace en la cama. Cerré los ojos conteniendo la rabia, no podía recriminarle la poca credibilidad que le daba a mis palabras, no obstante, no descansaría hasta demostrarle que valía mas que todos ellos juntos y que el juzgarme por aquella acción no determinaría mi desempeño bajo sus servicios. –Aun lo creo mi señor, no pretendo que sus palabras sean equivocas, sin embargo, sé que soy mejor y no por vanidad, sino porque tiene de mí mi completa lealtad- agache la mirada, quedarme callada asumiendo su postura era lo ideal para no hacerle enfurecer, sin embargo, me negaba a qué pensará lo peor de mí.
Me acerque con rapidez, mi amo enseguida tomó mi brazo con fuerza, sentí la presión de sus manos apretando mi flujo sanguíneo, mi cuerpo no mostraba objeción alguna ante sus acciones. Respire con agitación, pocas eran las ocasiones en donde lo tenía así de cerca, sus manos encima de mi cuerpo hacían que mi corazón en automático golpeteara con fuerza mi pecho. Lo mire directamente a los ojos, esos ojos negros e inexpresivos que me miraban con furia. –No temo por esto mi señor, mi verdadero temor yace en que no me encuentre útil después de lo ocurrido – respondí con total honestidad ante su pregunta, la muerte sería un regalo comparado con que me dejara fuera de sus filas. Yo anhelada desde muy joven pertenecer a su grupo y probablemente mi apellido purista me había permitido llegar a él sin mayores esfuerzo, pero día con día le demostraba que me tenía a sus pies, era mi único objetivo y nadie me arrebataría eso, menos una estúpida veela.
El silencio nos invadió por un momento, no dejaba de admirar la perfección que emanaba su rostro, sin embargo, en cuestión de segundos me aparto. Sentí el dolor en las articulaciones de mi brazo, mi cabello cubrió mi rostro por un instante a causa de su impulso, pese a ello me reincorpore inmediatamente siguiendo su discurso con total atención- ¿Lestrange? – pregunte impulsivamente, era mi prometido y pronto mi esposo, pero llevar a cabo misiones de mi amo con él resultaba una verdadera tortura, él era cauteloso y de cierto modo piadoso si de dar muerte se trataba, yo, por otro lado, jugaba con mi comida, la saboreaba hasta el punto de terminarla; además claro, de que toda esta situación repercutiría en mis siguientes encuentros con él, le haría pagar este bochornoso momento- Por supuesto – me respondí, no deseaba ir en contra de la voluntad de mi amo. –Albus suele servir a causas perdidas mi señor, lo que sea que esté haciendo no se compara con su poder – agregue tratando de menospreciar el juego de Dumbledore. Pidió acortar nuestras distancias nuevamente, me prepare para alguna tortura más, en mi cuello aún sentía sus gélidas manos apretándolo y en mi brazo aún permanecía el dolor, esa sensación era extrañamente placentera.
-No es mi hermana, dejo de serlo desde hace mucho señor, espero que los errores de mi estirpe no dañen la imagen de los Black, muchas generaciones han buscado lo que usted nos brindara, solo necesita decirme si desea que Andrómeda muera y será un honor complacerle, ahora mismo puedo hacerlo – el tono de mi voz sonó con frialdad tratando de opacar la vergüenza que me generaba tener por parientes a Andrómeda y a Sirius, esos malditos traidores a la sangre. Ante sus últimas palabras quede desconcertada, ¿hablaba de hijos? Lestrange daba por hecho a todos que sería capaz de perpetuar su apellido, no obstante, no era mi deseo desperdiciar tiempo en esas tonterías, la única razón por la cual engendraría sería por órdenes de mi amo, me complacía que ahora no fuera una petición de él. Di unos pasos hacia él, me puse tras su espalda, con muy poca distancia entre nuestros cuerpos; percibía su olor característico, cerré los ojos para guardarlo en mi memoria; dentro de mí sentía recorrer una especie de adrenalina por tenerle a unos cuantos centímetros, mi piel se erizaba ante la magnificencia de su ser. Coloque con total atrevimiento una de mis manos sobre su hombro- Amo, ser madre no es mi deseo, aunque, si usted me lo pide, engendraría un ejército dispuesto a que le sirvan – aparte mi mano rápidamente.
Me acerque con rapidez, mi amo enseguida tomó mi brazo con fuerza, sentí la presión de sus manos apretando mi flujo sanguíneo, mi cuerpo no mostraba objeción alguna ante sus acciones. Respire con agitación, pocas eran las ocasiones en donde lo tenía así de cerca, sus manos encima de mi cuerpo hacían que mi corazón en automático golpeteara con fuerza mi pecho. Lo mire directamente a los ojos, esos ojos negros e inexpresivos que me miraban con furia. –No temo por esto mi señor, mi verdadero temor yace en que no me encuentre útil después de lo ocurrido – respondí con total honestidad ante su pregunta, la muerte sería un regalo comparado con que me dejara fuera de sus filas. Yo anhelada desde muy joven pertenecer a su grupo y probablemente mi apellido purista me había permitido llegar a él sin mayores esfuerzo, pero día con día le demostraba que me tenía a sus pies, era mi único objetivo y nadie me arrebataría eso, menos una estúpida veela.
El silencio nos invadió por un momento, no dejaba de admirar la perfección que emanaba su rostro, sin embargo, en cuestión de segundos me aparto. Sentí el dolor en las articulaciones de mi brazo, mi cabello cubrió mi rostro por un instante a causa de su impulso, pese a ello me reincorpore inmediatamente siguiendo su discurso con total atención- ¿Lestrange? – pregunte impulsivamente, era mi prometido y pronto mi esposo, pero llevar a cabo misiones de mi amo con él resultaba una verdadera tortura, él era cauteloso y de cierto modo piadoso si de dar muerte se trataba, yo, por otro lado, jugaba con mi comida, la saboreaba hasta el punto de terminarla; además claro, de que toda esta situación repercutiría en mis siguientes encuentros con él, le haría pagar este bochornoso momento- Por supuesto – me respondí, no deseaba ir en contra de la voluntad de mi amo. –Albus suele servir a causas perdidas mi señor, lo que sea que esté haciendo no se compara con su poder – agregue tratando de menospreciar el juego de Dumbledore. Pidió acortar nuestras distancias nuevamente, me prepare para alguna tortura más, en mi cuello aún sentía sus gélidas manos apretándolo y en mi brazo aún permanecía el dolor, esa sensación era extrañamente placentera.
-No es mi hermana, dejo de serlo desde hace mucho señor, espero que los errores de mi estirpe no dañen la imagen de los Black, muchas generaciones han buscado lo que usted nos brindara, solo necesita decirme si desea que Andrómeda muera y será un honor complacerle, ahora mismo puedo hacerlo – el tono de mi voz sonó con frialdad tratando de opacar la vergüenza que me generaba tener por parientes a Andrómeda y a Sirius, esos malditos traidores a la sangre. Ante sus últimas palabras quede desconcertada, ¿hablaba de hijos? Lestrange daba por hecho a todos que sería capaz de perpetuar su apellido, no obstante, no era mi deseo desperdiciar tiempo en esas tonterías, la única razón por la cual engendraría sería por órdenes de mi amo, me complacía que ahora no fuera una petición de él. Di unos pasos hacia él, me puse tras su espalda, con muy poca distancia entre nuestros cuerpos; percibía su olor característico, cerré los ojos para guardarlo en mi memoria; dentro de mí sentía recorrer una especie de adrenalina por tenerle a unos cuantos centímetros, mi piel se erizaba ante la magnificencia de su ser. Coloque con total atrevimiento una de mis manos sobre su hombro- Amo, ser madre no es mi deseo, aunque, si usted me lo pide, engendraría un ejército dispuesto a que le sirvan – aparte mi mano rápidamente.
Re: Técnicas de Artes Oscuras (BLACK)
Los labios de la mujer se abrieron una vez más para contradecir mis palabras, lástima que fueran tan despreciables como la presencia de quién las emitía. Nada, absolutamente nada me haría pensar lo contrario, Black era y seguiría siendo un peón de segunda fila, un peón reemplazable, moldeable y de uso restringido. Cerré mis ojos de golpe tras escuchar su soberbia ¿Cómo podía menospreciar a Dumbledore? ¡Sólo yo podía hacerlo! Una muchacha como ella debía remitirse a pensar en las dificultades que generaba su persona, pero claro, al ser mujer no lograba dilucidar todo eso – Guarda silencio Bellatrix – sentencie bruscamente. Abrí mis ojos reflejando las llamas vivas en ellos – Dumbledore es un mago que no se puede tomar a la ligera. Él entiende qué estoy forjando, sin embargo, no logra vislumbrar más allá de ese patético pensamiento pro-muggle ¡Le devolveré la grandeza a los magos! ¡Gobernaremos! ¡Sumiremos a cada muggle en su miseria! – Mi voz aumentaba con cada palabra pero no mostraba un cambio en mi actuar, debía mantenerme tranquilo, paciente, lo suficiente para no mostrar mis preocupaciones por Albus Dumbledore.
Mis ojos tomaron una nueva postura, los de Black, parecían tan expresivos ahora que aseveraba la desgracia que poseía como hermana – Pensaba que eras de la opinión de tu familia – acerqué mi cuerpo un poco más al suyo – Proteger a esa cosa que dio por vida tu querida y preciada hermana ¡Qué vergüenza me das Bellatrix! – exclame separando cada palabra en silbidos sobre su nariz – ¿Enseñarás a volar a tu “sobrina”? – me aparté de ella de un movimiento y por el bien de su vida esperaba que no debatiera nada.
Sentí como los pasos de Bellatrix rodearon mi cuerpo y descasaron finalmente tras mi espalda, no gustaba de esos atrevimientos, pero en razón de que era ella, esperé. En cosa de segundos sentí su mano sobre mi hombro ¿Cómo osaba posar sus dedos sobre mi cuerpo? Fruncí el ceño permitiendo que mi cuello girara sólo unos centímetros para que entendiera que ese “gesto” no era de mi complacencia – Es suficiente con perpetuar la sangre – volteé mi cuerpo y quedando frente a ella le señalé – No te atrevas a tocarme nuevamente, salvo que, yo te lo pida – esboce un complicado movimiento en mis labios – Dime ¿Para qué te consideras hábil? – la cercanía con su humanidad me era… ¿Imprudente? No, eso me tenía sin cuidado. Aunque las atenciones que ella se tomaba conmigo sí lo eran – Tu prometido me comentó que tienes dotes para la Legeremancia ¿Es cierto? – me aparté de ella dirigiendo mi cuerpo hacía la mesa – De todos mis seguidores, no hay un solo mago que pueda contar con dicha cualidad –dejé caer ambas manos sobre el viejo roble – Si tú contarás con dicho talento, pasarías a ocupar un lugar indiscutible en mis filas – le elogie -
La mayoría del cuerpo de Aurores confiaba tanto en sus propios compañeros que no dudaban en depositar valiosa información en sus mentes. Por ende, debíamos aprovechar ese descuido y usarlo a nuestro beneficio. Aunque claramente, no podía ser yo quien cazara, torturara y además husmeara en sus mentes, eso debía ser trabajo de uno de mis súbditos y, sí Bellatrix era capaz de dominar la legeremancia, todo eso me sería más fácil - Leer las mentes es algo que no tiene comparación. Para mucho de tus compañeros la tortura es una vía para acceder a los propósitos de sus víctimas, pero no todas los magos que se te presenten van a ceder a un cruciatus o a tus dagas - hice alusión a los rumores de sus técnicas- Se requiere de una mayor "precisión", magia, talento - hablaba casi dando un discurso, tal y como lo haría un profesor a sus alumnos - ¿Entiendes de qué hablo? - pregunté por amabilidad.
Mis ojos tomaron una nueva postura, los de Black, parecían tan expresivos ahora que aseveraba la desgracia que poseía como hermana – Pensaba que eras de la opinión de tu familia – acerqué mi cuerpo un poco más al suyo – Proteger a esa cosa que dio por vida tu querida y preciada hermana ¡Qué vergüenza me das Bellatrix! – exclame separando cada palabra en silbidos sobre su nariz – ¿Enseñarás a volar a tu “sobrina”? – me aparté de ella de un movimiento y por el bien de su vida esperaba que no debatiera nada.
Sentí como los pasos de Bellatrix rodearon mi cuerpo y descasaron finalmente tras mi espalda, no gustaba de esos atrevimientos, pero en razón de que era ella, esperé. En cosa de segundos sentí su mano sobre mi hombro ¿Cómo osaba posar sus dedos sobre mi cuerpo? Fruncí el ceño permitiendo que mi cuello girara sólo unos centímetros para que entendiera que ese “gesto” no era de mi complacencia – Es suficiente con perpetuar la sangre – volteé mi cuerpo y quedando frente a ella le señalé – No te atrevas a tocarme nuevamente, salvo que, yo te lo pida – esboce un complicado movimiento en mis labios – Dime ¿Para qué te consideras hábil? – la cercanía con su humanidad me era… ¿Imprudente? No, eso me tenía sin cuidado. Aunque las atenciones que ella se tomaba conmigo sí lo eran – Tu prometido me comentó que tienes dotes para la Legeremancia ¿Es cierto? – me aparté de ella dirigiendo mi cuerpo hacía la mesa – De todos mis seguidores, no hay un solo mago que pueda contar con dicha cualidad –dejé caer ambas manos sobre el viejo roble – Si tú contarás con dicho talento, pasarías a ocupar un lugar indiscutible en mis filas – le elogie -
La mayoría del cuerpo de Aurores confiaba tanto en sus propios compañeros que no dudaban en depositar valiosa información en sus mentes. Por ende, debíamos aprovechar ese descuido y usarlo a nuestro beneficio. Aunque claramente, no podía ser yo quien cazara, torturara y además husmeara en sus mentes, eso debía ser trabajo de uno de mis súbditos y, sí Bellatrix era capaz de dominar la legeremancia, todo eso me sería más fácil - Leer las mentes es algo que no tiene comparación. Para mucho de tus compañeros la tortura es una vía para acceder a los propósitos de sus víctimas, pero no todas los magos que se te presenten van a ceder a un cruciatus o a tus dagas - hice alusión a los rumores de sus técnicas- Se requiere de una mayor "precisión", magia, talento - hablaba casi dando un discurso, tal y como lo haría un profesor a sus alumnos - ¿Entiendes de qué hablo? - pregunté por amabilidad.
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Re: Técnicas de Artes Oscuras (BLACK)
Enmudecí inmediatamente, mi amo no parecía contento al mencionar a Dumbledore, ese viejo solo se interponía en su ascenso al poder; él lo sabía, sin embargo, mi único objetivo al menospreciarlo era demostrarle que era superior a ese viejo decrepito, había errado en suponer que el señor tenebroso tomaría a bien mis palabras- Lo lamento mi señor- me excuse. Mis ojos lo miraron exaltados, sus palabras encaminadas al movimiento del cual estaba siendo parte retumbaban en el despacho; era digno de tanta grandeza. Mi rostros de júbilo se fue apagando al momento de mencionar a Andrómeda y su estirpe ¿qué pensaba mi señor?,¿acaso creía que yo estaba de acuerdo con el nacimiento de esa sangre sucia inmunda? Era muy improbable que yo sintiera una especie de aprecio por aquel engendro, conocía la lealtad a la familia, sin embargo, mis ideales estaba en pro de la pureza de sangre, más allá de la sangre misma, Andrómeda pagaría por haber manchado el apellido Black y esta era una cuenta pendiente que cobraría por mi propia mano. –Lo único que obtendrá de mí esa familia será su muerte mi señor- clave mis marrones ojos en su figura a fin de darle credibilidad a mis palabras.
Me mantuve al margen de sus comentarios, debía evitar estallar delante de él. Di un paso hacia atrás cuando me aparto, sabía que había trascendido la barrera con mi señor al arriesgarme al tocar su cuerpo. –Lo lamento – masculle a lo bajo. Una vez más la particularidad de Rodolphus al no cerrar la boca si de hablar de mí se trataba, no obstante esta vez me sorprendí al escuchar que no había usado sus palabras en contra de mi persona. Al parecer, en contadas ocasiones, solía comentar mis habilidades con mi señor, más allá de mis tropiezos en sus misiones. –Rodolphus dice la verdad mi señor, gozo de ciertas habilidades, entre ellas la “legeremancia” y la “oclumancia” también, he de agregar, no le permito a nadie entrar aquí, solo a usted amo – señale mi cabeza, dándole mayor sentido a mis palabras.
Esta habilidad la había desarrollado durante mis cursos de Hogwarts, era, a decir verdad, muy útil, me permitía librarme de muchas cosas estudiando ahí y actualmente, me permitía llevar las misiones de mi amo sin temor a equivocarme. Sonreí, sonaba bastante interesante que algo como esto pudiera colocarme por encima de otros, incluyendo a Malfoy y a Lestrange, sabiéndolo sería imperativo aprovechar esta oportunidad -Entiendo, aunque, mis técnicas de tortura son para satisfacer mi perturbador carácter mi señor; pero tiene mis dones a su servicio, con su guía podré serle muy útil, solo tiene que darme un voto de confianza y no tendrá de que preocuparse al pedirme que lleve a cabo sus planes- hice una reverencia. Titubee en hacer la siguiente petición, no pretendía que mi amo tomará mis palabras como si estuviera desobedeciendo sus órdenes, pero tenerme encapsulada en temas triviales como una boda no era la mejor manera de tener a Bellatrix Black – Amo, debo pedirle que me permita seguir a su lado en estos momentos, cumpliré con mi deber al perpetuar mi apellido con la unión con Rodolphus, pero no es mi lugar estar organizando dicho evento – mi voz sonó chillona y clemente ante aquellas palabras- Puedo hacer más estando a su lado, debemos detener a la dichosa Orden del Fénix, los Lombottom pertenecen a ella, son magos muy estúpidos y fieles a Dumbledore, no caería mal darle un golpe al viejo quitándolos del camino, es una tarea que me complacería llevar a cabo – finalice esperando que mis peticiones fueran tomadas en cuenta.
Me mantuve al margen de sus comentarios, debía evitar estallar delante de él. Di un paso hacia atrás cuando me aparto, sabía que había trascendido la barrera con mi señor al arriesgarme al tocar su cuerpo. –Lo lamento – masculle a lo bajo. Una vez más la particularidad de Rodolphus al no cerrar la boca si de hablar de mí se trataba, no obstante esta vez me sorprendí al escuchar que no había usado sus palabras en contra de mi persona. Al parecer, en contadas ocasiones, solía comentar mis habilidades con mi señor, más allá de mis tropiezos en sus misiones. –Rodolphus dice la verdad mi señor, gozo de ciertas habilidades, entre ellas la “legeremancia” y la “oclumancia” también, he de agregar, no le permito a nadie entrar aquí, solo a usted amo – señale mi cabeza, dándole mayor sentido a mis palabras.
Esta habilidad la había desarrollado durante mis cursos de Hogwarts, era, a decir verdad, muy útil, me permitía librarme de muchas cosas estudiando ahí y actualmente, me permitía llevar las misiones de mi amo sin temor a equivocarme. Sonreí, sonaba bastante interesante que algo como esto pudiera colocarme por encima de otros, incluyendo a Malfoy y a Lestrange, sabiéndolo sería imperativo aprovechar esta oportunidad -Entiendo, aunque, mis técnicas de tortura son para satisfacer mi perturbador carácter mi señor; pero tiene mis dones a su servicio, con su guía podré serle muy útil, solo tiene que darme un voto de confianza y no tendrá de que preocuparse al pedirme que lleve a cabo sus planes- hice una reverencia. Titubee en hacer la siguiente petición, no pretendía que mi amo tomará mis palabras como si estuviera desobedeciendo sus órdenes, pero tenerme encapsulada en temas triviales como una boda no era la mejor manera de tener a Bellatrix Black – Amo, debo pedirle que me permita seguir a su lado en estos momentos, cumpliré con mi deber al perpetuar mi apellido con la unión con Rodolphus, pero no es mi lugar estar organizando dicho evento – mi voz sonó chillona y clemente ante aquellas palabras- Puedo hacer más estando a su lado, debemos detener a la dichosa Orden del Fénix, los Lombottom pertenecen a ella, son magos muy estúpidos y fieles a Dumbledore, no caería mal darle un golpe al viejo quitándolos del camino, es una tarea que me complacería llevar a cabo – finalice esperando que mis peticiones fueran tomadas en cuenta.
Re: Técnicas de Artes Oscuras (BLACK)
Levanté mi mano y le ordené que guardara silencio. Considerar que satisfacía sus placeres personales por sobre mi ideal era un insulto ¿Desde cuándo ser parte de mis súbditos era signo de libertad? Si gustaba de torturar y jugar más allá de limpiar al mundo mágico de esos pro-muggles, era mejor que se dedicara a organizar esa boda - Al parecer no entiendes el objeto de esto Black -escupí con cierto desdén a medida que avanzaba en su dirección - Sólo quiero una cosa de tu parte - fije mi vista sobre su hombro derecho, no gastaría mi atención en su persona por completo -Y es lealtad a mi persona - Desvíe mis ojos a los suyos - Los Longbottom no me interesan del todo, sólo son los peones de Dumbledore en este asunto ¿Realmente crees que me pueden preocupar? - acerque un poco más mi rostro al suyo - No vuelvas a recordarme las marionetas de Dumbledore -escupí en su rostro.
Me aparte de ella cruzando mis brazos tras de mi espalda, su presencia ya me estaba causando cierto descontento. Detuve mi cuerpo a pocos centímetros de la chimenea - En cuanto a tu matrimonio -entrecerré los ojos- No hay necesidad que continúes con esas burocracias, de seguro tu familia podrá encargarse - Lestrange nunca me había mencionado esa mentada boda, sin embargo, Bellatrix lo hacía en cada oportunidad, como si buscara un pretexto o simplemente algo que impidiera su celebración ¿Tan despreciable era la idea de compartir vida con Lestrange? Reí para mí sin dejar mi postura - Quiero que seas la compañera de Malfoy en el asunto que le encomendé. Será él quien este a cargo, no quiero que tu imprudencia y tus malos hábitos ocasionen el mismo evento pasado - fruncí el ceño de sólo recordar que había permitido vivir a esa mujer ¡Cómo podía ser tan imprudente! Se gastaba en dar explicaciones y en hablar más de lo necesario de sus dotes, pero en el momento más indicado sólo perdía el tiempo. Apreté mis manos tras de mi espalda y golpeé con fuerza mi espalda, no quería dirigir por ahora esa ira contra ella, de hacerlo quizás terminaba con su insignificante vida - Harás todo cuanto te indique y no quiero que objetes nada, salvo que prefieras que Rodolphus ocupe tu lugar - giré levemente mi cabeza al tiempo que dibujaba una ligera sonrisa en mi rostro.
Regresé a mi postura en cosa de segundos, liberé mis manos e hice un gesto con mi dedo índice para que se aproximara a mí - Quiero que Malfoy se encargue personalmente de reclutar a un joven mago y de paso, necesitamos a estas alturas - silencie mi voz de golpe. De solo pensar que recurriría a esas bestias me indignaba conmigo mismo. Hombres lobos, gigantes, incluso estaba dispuesto a ofrecer un mejor trato a los dementores, pero en esas criaturas poco y nada se podía confiar - Escucha Black - le tome su brazo y le obligué a acercarse aún más a mí - Hay un hombre lobo, Greyback, los últimos años se ha dedicado a crear lo que puede denominarse "ejército", son un grupo de perros sin amo y es tiempo de darles una utilidad - le miré a sus ojos. Necesitaba que entendiera más allá de la repulsión por esos seres, debía encajar todo y comprender la ventaja que obtendríamos de contar con su presencia entre nosotros - El Ministerio no les otorga los suficientes privilegios -Yo tampoco pretendía otorgarle más que un lugar en mis filas y con mucha suerte, bastante suerte a decir verdad, le consideraría para otorgarle una capa, nunca, absolutamente nunca portaría la marca tenebrosa, eso sería ir contra mis propios principios. Las bestias y los muggles tenían un lugar: Bajo de los zapatos de los magos - Eso nos puede servir para que se unan a nuestro lado - liberé su brazo para acariciar su mentón levemente - Ofrece lo que sea necesario Bellatrix - Mi voz era un siseo que envolvía una ligera caricia para la joven -
Me aparte de ella cruzando mis brazos tras de mi espalda, su presencia ya me estaba causando cierto descontento. Detuve mi cuerpo a pocos centímetros de la chimenea - En cuanto a tu matrimonio -entrecerré los ojos- No hay necesidad que continúes con esas burocracias, de seguro tu familia podrá encargarse - Lestrange nunca me había mencionado esa mentada boda, sin embargo, Bellatrix lo hacía en cada oportunidad, como si buscara un pretexto o simplemente algo que impidiera su celebración ¿Tan despreciable era la idea de compartir vida con Lestrange? Reí para mí sin dejar mi postura - Quiero que seas la compañera de Malfoy en el asunto que le encomendé. Será él quien este a cargo, no quiero que tu imprudencia y tus malos hábitos ocasionen el mismo evento pasado - fruncí el ceño de sólo recordar que había permitido vivir a esa mujer ¡Cómo podía ser tan imprudente! Se gastaba en dar explicaciones y en hablar más de lo necesario de sus dotes, pero en el momento más indicado sólo perdía el tiempo. Apreté mis manos tras de mi espalda y golpeé con fuerza mi espalda, no quería dirigir por ahora esa ira contra ella, de hacerlo quizás terminaba con su insignificante vida - Harás todo cuanto te indique y no quiero que objetes nada, salvo que prefieras que Rodolphus ocupe tu lugar - giré levemente mi cabeza al tiempo que dibujaba una ligera sonrisa en mi rostro.
Regresé a mi postura en cosa de segundos, liberé mis manos e hice un gesto con mi dedo índice para que se aproximara a mí - Quiero que Malfoy se encargue personalmente de reclutar a un joven mago y de paso, necesitamos a estas alturas - silencie mi voz de golpe. De solo pensar que recurriría a esas bestias me indignaba conmigo mismo. Hombres lobos, gigantes, incluso estaba dispuesto a ofrecer un mejor trato a los dementores, pero en esas criaturas poco y nada se podía confiar - Escucha Black - le tome su brazo y le obligué a acercarse aún más a mí - Hay un hombre lobo, Greyback, los últimos años se ha dedicado a crear lo que puede denominarse "ejército", son un grupo de perros sin amo y es tiempo de darles una utilidad - le miré a sus ojos. Necesitaba que entendiera más allá de la repulsión por esos seres, debía encajar todo y comprender la ventaja que obtendríamos de contar con su presencia entre nosotros - El Ministerio no les otorga los suficientes privilegios -Yo tampoco pretendía otorgarle más que un lugar en mis filas y con mucha suerte, bastante suerte a decir verdad, le consideraría para otorgarle una capa, nunca, absolutamente nunca portaría la marca tenebrosa, eso sería ir contra mis propios principios. Las bestias y los muggles tenían un lugar: Bajo de los zapatos de los magos - Eso nos puede servir para que se unan a nuestro lado - liberé su brazo para acariciar su mentón levemente - Ofrece lo que sea necesario Bellatrix - Mi voz era un siseo que envolvía una ligera caricia para la joven -
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Re: Técnicas de Artes Oscuras (BLACK)
Callé inmediatamente, agachando la mirada, podía ver el relucir de mis botas negras, me enfocaba en mirarlas para evitar incomodar a mi señor tenebroso, aunque oía con cuidado sus palabras. Quise interrumpir sus objeciones, sin embargo, era inútil que pudiera entender que estaba por y para lo que el demandará, su lucha era la mía – Mi completa lealtad la tiene amo- levante la mirada hacia él, aproximo su esquelético cuerpo hacia mi persona y de nueva cuenta podía sentir su respiración en mi rostro. Mantuve mi semblante ante sus palabras, sabía que poco importaban los Longbottom, eran probablemente los más insignificantes en la orden del fénix, magos promedio, aunque con la pureza de sangre que muchos de nuestro lado envidiarían, era una pena que se desperdiciara la sangre mágica con gente tan despreciable como ellos. Apreté los labios con fuerza para evitar reponer de nueva cuenta la importancia que sería dar una lección a los que osaran retar la revolución de mi señor, no obstante, no deseaba desobedecer las órdenes de mi amo.
Pronto se apartó de mí, mis ojos lo siguieron detalladamente hasta que se detuvo frente a la chimenea, titubee en seguir su paso, así que me quede inerte en el sitio en donde me encontraba. Sus siguientes palabras dibujaron una notable curva en mis labios, era una cosa menos por la que tenía que ocuparme, en efecto, mis padres anhelaban esa boda más que nadie, después de lo corrido con Andrómeda, deseaban incesantemente limpiar el apellido Black, y usar el tan renombrado apellido Lestrange les daría mucha fuerza en su opulenta sociedad. Sin embargo la dicha no se mantuvo en mi rostro por mucho tiempo, las palabras de mi amo hicieron que dentro de mi incrementara la rabia que se había apagado durante nuestra conversación, la razón, fácil, era por tener que obedecer las órdenes del estúpido de Malfoy, yo, Bellatrix Black estar bajo la sombra de Lucius Malfoy, nada era más despreciable que eso. Suspire detenidamente, si debía responder su pregunta tenía que ser con un tono lo más amable que pudiera darse- Si mi señor, atenderé cada cosa que me indique Lucius, si usted desea que así sea- su mención a Rodolphus me hizo reír por dentro, la imprudencia del evento pasado había sido por él, era innecesario remarcar que la calentura de mi prometido había puesto en duda mis habilidades con el señor tenebroso, pero esa vez no dejaría que incurriera en un desacierto, aunque fuera de mi pesar tener que seguir indicaciones de Malfoy, lo prefería, de este modo, las cosas se harían sin errores y mi amo sabría encontrarme de nueva cuenta el valor de tenerme en sus filas.
Mis pies obedecieron a su ademán y se aproximaron a él, escuche con atención, pero se silenció de golpe y tomo mi brazo para acortar nuestras distancias aún más. Tuve que repasar sus palabras más de dos veces en mi cabeza, no podía creer lo que decía, aunque tuviera una fuerte razón para hacer aquella petición era repugnante el solo pensar que combatiríamos lado a lado de las criaturas mágicas, esas asquerosas bestias que me causaban tanta repulsión serían aliados y era mi deber ahora, pedir que se unieran con el mago más grande de todos los tiempos. Ante aquel acercamiento y su gélida mano en mi mentón deje de pensar en mis particulares disgustos de criaturas y volví a enfocar mi mente en aquel mago que estaba delante de mis ojos- Greyback es un inútil mi señor, lo conozco, suele visitar con frecuencia los alrededores de Hosmade, tiene un gusto particular por la sangre joven y ahí encuentra carne fresca, no será difícil dar con él- Mis ojos negros miraron directamente a su rostro, no deseaba ser imprudente, pero en pocas ocasiones podía darme la libertar de mirarlo con tanta cercanía. ¿Ofrecer? No había nada de lo cual fueran dignos estas criaturas, ya sería suficiente con dar su lealtad a mi amo, pero Greyback no dejaría que mandáramos sobre el si no viera algún beneficio, comprendía lo que mi amo esperaba de mí, pero tener a Lucius a mi lado haría las cosas más difíciles, su diplomacia no encajaría con el basurero al cual tendríamos que adentrarnos para cumplir las órdenes del señor tenebroso – Si me lo permite señor, creo que Lucius no es el adecuado para dicha misión, conozco al hombre lobo y no permitirá que tengamos oportunidad de ofrecer si el rubio estar al mando aunque- mi voz sonó chillona al notar el rostro de mi señor- no deseo retarlo mi señor, esto no es una objeción para satisfacer un capricho mío, es solo para que sus órdenes se cumplan con mayor eficiencia, si usted considerara a algún otro mago, sería mejor opción- mi vista se volvió a enfocar en las botas negras que portaba, cual perro castigado, refutar los mandatos de mi señor era lo peor que un mortifago podía hacer, sin embargo, solo eran opciones, opciones que nos ayudarían a esta guerra.
Pronto se apartó de mí, mis ojos lo siguieron detalladamente hasta que se detuvo frente a la chimenea, titubee en seguir su paso, así que me quede inerte en el sitio en donde me encontraba. Sus siguientes palabras dibujaron una notable curva en mis labios, era una cosa menos por la que tenía que ocuparme, en efecto, mis padres anhelaban esa boda más que nadie, después de lo corrido con Andrómeda, deseaban incesantemente limpiar el apellido Black, y usar el tan renombrado apellido Lestrange les daría mucha fuerza en su opulenta sociedad. Sin embargo la dicha no se mantuvo en mi rostro por mucho tiempo, las palabras de mi amo hicieron que dentro de mi incrementara la rabia que se había apagado durante nuestra conversación, la razón, fácil, era por tener que obedecer las órdenes del estúpido de Malfoy, yo, Bellatrix Black estar bajo la sombra de Lucius Malfoy, nada era más despreciable que eso. Suspire detenidamente, si debía responder su pregunta tenía que ser con un tono lo más amable que pudiera darse- Si mi señor, atenderé cada cosa que me indique Lucius, si usted desea que así sea- su mención a Rodolphus me hizo reír por dentro, la imprudencia del evento pasado había sido por él, era innecesario remarcar que la calentura de mi prometido había puesto en duda mis habilidades con el señor tenebroso, pero esa vez no dejaría que incurriera en un desacierto, aunque fuera de mi pesar tener que seguir indicaciones de Malfoy, lo prefería, de este modo, las cosas se harían sin errores y mi amo sabría encontrarme de nueva cuenta el valor de tenerme en sus filas.
Mis pies obedecieron a su ademán y se aproximaron a él, escuche con atención, pero se silenció de golpe y tomo mi brazo para acortar nuestras distancias aún más. Tuve que repasar sus palabras más de dos veces en mi cabeza, no podía creer lo que decía, aunque tuviera una fuerte razón para hacer aquella petición era repugnante el solo pensar que combatiríamos lado a lado de las criaturas mágicas, esas asquerosas bestias que me causaban tanta repulsión serían aliados y era mi deber ahora, pedir que se unieran con el mago más grande de todos los tiempos. Ante aquel acercamiento y su gélida mano en mi mentón deje de pensar en mis particulares disgustos de criaturas y volví a enfocar mi mente en aquel mago que estaba delante de mis ojos- Greyback es un inútil mi señor, lo conozco, suele visitar con frecuencia los alrededores de Hosmade, tiene un gusto particular por la sangre joven y ahí encuentra carne fresca, no será difícil dar con él- Mis ojos negros miraron directamente a su rostro, no deseaba ser imprudente, pero en pocas ocasiones podía darme la libertar de mirarlo con tanta cercanía. ¿Ofrecer? No había nada de lo cual fueran dignos estas criaturas, ya sería suficiente con dar su lealtad a mi amo, pero Greyback no dejaría que mandáramos sobre el si no viera algún beneficio, comprendía lo que mi amo esperaba de mí, pero tener a Lucius a mi lado haría las cosas más difíciles, su diplomacia no encajaría con el basurero al cual tendríamos que adentrarnos para cumplir las órdenes del señor tenebroso – Si me lo permite señor, creo que Lucius no es el adecuado para dicha misión, conozco al hombre lobo y no permitirá que tengamos oportunidad de ofrecer si el rubio estar al mando aunque- mi voz sonó chillona al notar el rostro de mi señor- no deseo retarlo mi señor, esto no es una objeción para satisfacer un capricho mío, es solo para que sus órdenes se cumplan con mayor eficiencia, si usted considerara a algún otro mago, sería mejor opción- mi vista se volvió a enfocar en las botas negras que portaba, cual perro castigado, refutar los mandatos de mi señor era lo peor que un mortifago podía hacer, sin embargo, solo eran opciones, opciones que nos ayudarían a esta guerra.
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